PARTE 1. LA NECESIDAD DE UNA “LIMPIEZA VITAL”
CAPITULO 1. ¿Qué es la Limpieza Vital?
- Las 5 leyes de la Medicina Natural
Tanto si hacemos una investigación histórica de los maestros de la terapia higienista (Kneipp, Priessnitz, Kuhne, Just, Vander, Tadeo de Wisent, Lezaeta, Bidaurrazaga, etc.) como de los médicos de la escuela vitalista (Sydenham, Bouchard, Paracelso, Huxan, Toussaint-Guidant, Hoffmann, Kellog, Letamendi, Scolá, Chantemesse, E. Alfonso, etc), nos encontramos con varias coincidencias fundamentales en sus teorías sobre la enfermedad:
1º. Definen la enfermedad como un esfuerzo de la naturaleza por recuperar el equilibrio de la vida.
Ya en el siglo VI Alcmeón de Crotoria definió la enfermedad como un “desequilibrio de las potencias: de lo húmedo y lo seco, de lo frío y lo caliente, de lo amargo y lo dulce, etc. Pero esta idea, ni siquiera era original, ya que la Medicina Ayurvédica, mil años antes ya definía la salud como el mantenimiento del equilibrio de las tres doshas: vata, pitta y kapha. La vata se asocia generalmente con la ligereza o el aire, la pitta con el fuego y el kapha con el agua y la tierra (fuerzas o energías funcionales). El equilibrio se logra a través de los aspectos nutricionales, del bienestar psicosocial y del estilo de vida. No faltará quien tilde esta medicina, al igual que la Medicina Tradicional China, de poco científica y basada en tradiciones. Pero un médico experto en cualquiera de estas medicinas ancestrales, probablemente no entendería como hemos podido llegar a practicar en occidente una medicina tan deshumanizada, tan lejana a la auténtica vocación médica. Le crearía confusión ver que la medicina se sustenta en la enfermedad y en el suministro protocolizado de medicamentos sin hacer una valoración personalizada del individuo y de su contexto social y emocional.
La Medicina Ayurvédica está plenamente integrada tanto en la formación universitaria, como en el Sistema Nacional de Salud, de la India. El Gobierno de la India incorpora la Medicina Ayurvédica en la carrera de pregrado «Bachillerato en Medicina y Cirugía Ayurvédica». Administrativamente, la Medicina Ayurvédica está incluida dentro de una de las tres divisiones más importantes del Ministerio de Salud y Bienestar de la Familia, y forma parte del Departamento AYUSH (acrónimo de ayurveda, yoga, unani, siddha y homeopatía). Para graduarse de médico Ayurvédico hay que estudiar durante 5 años y medio. La carrera se estudia en 256 colleges (colegios universitarios), muchos de los cuales dependen de universidades. En el año 2010 se admitieron 13.037 alumnos. Existen 64 instituciones de postgrado donde son admitidos más de mil alumnos cada año, para realizar la especialización en algunas de las 16 ramas del ayurveda. En el censo, realizado en el año 2010, había registrados 478.750 profesionales de la Medicina Ayurvédica, y existen 2.458 hospitales Ayurvédicos. Para los más atrevidos que tildan a este extraordinario país de subdesarrollado, solo les diré que en este año, 2018, es la economía que crece a mayor velocidad del planeta (7’2% y le convierte en la quinta potencia mundial económica) y que si bien es cierto que arrastró durante décadas la expoliación y control de un país imperialista, supo, al mismo tiempo, mantener, desarrollar y evolucionar en una medicina realmente integrativa y holista, donde todo lo que realmente funciona y ayuda en el ámbito de la salud es aceptado. |
Por cierto, aprovecho la oportunidad para también hacer autocrítica sobre nuestro sector, el de la llamada Medicina Alternativa y Complementaria (MAC), ya que es posible trabajar con “medicamentos naturales” y hacerlo de forma “medicalizada”. Y por “medicalizada” quiero decir “una enfermedad = un producto o protocolo estándar”, sin más valoraciones, sin darle a los hábitos alimentarios, al equilibrio emocional o al ejercicio físico, la relevancia que se merece.
2º. En ese estado de búsqueda del equilibrio, el organismo trata con todos los medios de que dispone (sean pocos o muchos, dependiendo del momento) de evacuar la materia “morbífica”
Morbífica: En el diccionario castellano morbífica significa que lleva consigo el germen de las enfermedades, o las ocasiona y produce. El llamado padre de la medicina técnico-científica, Hipócrates, definió la enfermedad como el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los cuatro humores, unos fluidos que en las personas sanas se encontraban naturalmente en una proporción semejante («pepsos») Cuando los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema) se desequilibraban («dyscrasia», mala mezcla), el individuo enfermaba y permanecía enfermo hasta que se recuperaba el equilibrio. La terapia hipocrática se concentraba en restaurar este equilibrio al colaborar con la fuerza sanadora de la naturaleza y facilitar la expulsión de la materia morbífica. Aunque se utilizara dieta, cirugía y fármacos de la época, la actuación básica era “no actuar” siempre que no fuera estrictamente necesario, y las recomendaciones siempre se aplicaban de forma individualizada.
Hoy en día, la medicina moderna, apenas utiliza el término “morbífica”, fue cayendo en desuso desde el siglo XIX, probablemente por no ser muy compatible con el concepto de “una enfermedad = un fármaco”. En este sentido, resulta de gran interés histórico y filosófico sobre medicina, la obra “Elementos de Medicina Práctica” del Dr. Cullen, William, (1710-1790), que contiene una explicación amplia del punto de vista aceptado por la medicina, durante los siglos XVIII y XIX, con relación a este tema (una reliquia que todavía se puede comprar por internet si uno busca con esmero).
3º. La enfermedad no viene del exterior, no hay que culpar inexorablemente a un agente extraño de cada patología, sino que es el resultado de desviarse en mayor o menor medida de los hábitos que promueven la vida y acercarse a los que la deterioran.
En el lecho de muerte, Louis Pasteur, que demonizo a los virus y fue elevado a los altares por ello, intentó enmendar su error, al afirmar: “El virus no es nada, el terreno lo es todo”. Pero su declaración póstuma pasó inadvertida y no evito que durante siglo y medio la medicina moderna se centrara en buscar obsesivamente factores infecciosos en la génesis de todas o casi todas las enfermedades.
Nuevamente debemos insistir en la misma idea de “equilibrio”. El paradigma de la medicina moderna se sustenta, como ya dije, en una estrategia reduccionista con la que el “galeno” se siente cómodo al poder aplicar un protocolo ya establecido, supuestamente por la ciencia, aunque quien realmente lo ha establecido, en muchos casos, son los grupos de investigación sustentados por la industria creadora de los “anti” –antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos…- (ver última sección: “Quítese la venda de los ojos”). Es un paradigma muy lejano a una filosofía de vida, es un trabajo pragmático que trata de “acercar tanto el microscopio” que deja de ver la interrelación de factores y la pérdida del orden natural de la vida del individuo.
Por otro lado, si se eliminan las causas profundas del desequilibrio, es posible que se produzcan reacciones defensivas en un organismo que estaba estresado o intoxicado, originándose lo que se llaman crisis curativas. Son buenas señales que nos obligan a reflexionar, pero nunca a abandonar el proceso de búsqueda del equilibrio. Posteriormente analizaré con más detenimiento el papel que ocupan las crisis curativas dentro del método Limpieza Vital®, y para ello, como no podía ser de otra manera, recordaremos la Ley de Hering.
Por lo tanto, la enfermedad puede ser considerada como una llamada imperativa a la reflexión y al cambio.
continuará…