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Las 7 Terapéuticas y el acto de ayudar al “doliente”

Pueden existir cientos de diferentes tipos de medicina, desde las que son aplicadas en los hospitales más modernos y que enarbolan la bandera del progreso y la vanguardia, hasta la aplicada por un respetado chamán en las profundidades del amazonas, pasando por quien ha logrado con la suya un alto estatus socioeconómico y profesional al ser considerado una gran especialista en su “parcela” de trabajo, o aquel médico rural (cada vez más en vías de extinción) que sigue preocupado por la naturaleza de la enfermedad de su paciente más que por lo último publicado por Nature o JAMA. Y si nos acercamos a las terapias complementarias no convencionales, igualmente, existe toda una “florida” variedad de terapias, unas válidas y sustentadas en pilares sólidos incuestionables, otras de dudosa credibilidad. Si pensamos en culturas, civilizaciones o formas de vida, también descubrimos medicinas de gran valor histórico y de eficacia contrastada, con siglos de experiencia a sus espaldas, como la Medicina Ayurvédica, la Medicina Tradicional China o la Medicina Árabe.

La lista de “etiquetas” y denominaciones es interminable, pero todas aquellas que tienen algo positivo que aportar, alejadas de supercherías o falsedades, las pudiéramos incluir en alguna de estas 7 calificaciones:

  • Terapéutica empírica. Carece del actual carácter científico, pero no de respaldo. Es fruto de la experimentación y la observación durante siglos. Fue el primer ensayo del espíritu humano en busca de la medicina. El primer sentimiento médico, al acudir en ayuda del prójimo. Mediante el método de ensayo-error se conservó lo eficaz. Gracias al empirismo hemos logrado evolucionar y mejorar nuestra calidad de vida durante siglos. Mucho de la medicina moderna tiene sus razones en el empirismo.
  • Terapéutica estadística. Es una evolución de la anterior y valora la eficacia de un agente terapéutico realizando un estudio estadístico. Sería una versión más moderna del empirismo, pero que se ve respaldada no solo por los resultados que tradicionalmente se le atribuyen, sino por resultados cuantificados a lo largo de años o décadas. Afortunadamente hoy en día podemos acceder a bases de datos muy amplias sobre la efectividad de diferentes terapias empíricas que ratifican lo que la tradición señalaba.
  • Terapéutica sintomática. No se preocupa de la causa de las enfermedades. Ignora completamente que muchas veces los síntomas obedecen a un esfuerzo orgánico por restablecer el equilibrio fisiológico y no trata de entender el motivo por el que se produce la sintomatología. Se queda satisfecha con reducir o eliminar el dolor, reducir o eliminar la fiebre, reducir o eliminar la congestión nasal, cortar una diarrea, etc, sin considerar que pueden ser mecanismos de autorregulación o eliminación. Podemos reflexionar en unos cuantos ejemplos muy gráficos: Una patología autoinmune donde existe consenso en la alteración inmunitaria como preludio de la manifestación inflamatoria, que es tratada con inmunosupresores y antiinflamatorios, o un asma de origen alérgico donde se suministra al paciente antihistamínicos, broncodilatadores y corticoides (dependiendo el caso), y en ambos casos no se realiza un estudio o análisis de los factores causales. No obstante, debo decir que no debemos desdeñar completamente esta terapéutica que, en ocasiones resulta necesaria y hasta imprescindible en los cuadros agudos.
  • Terapéutica fisiológica (bioquímica). Es muy parecida a la terapéutica sintomática con la diferencia de que la sintomática tiene como objetivo sofocar síntomas, la fisiológica se basa en normalizar parámetros alterados, investigando mediante analíticas y otros exámenes dichas alteraciones. A continuación influirá mediante diferentes agentes sobre los parámetros alterados. Por ejemplo, con hipotensores, hipolipemiantes, antidiabéticos orales o insulina, etc. Establecer esta estrategia como única puede ser un grave error ya que enmascara la enfermedad, y esta podrá seguir su curso de forma inadvertida, hasta presentarse en formas más graves.
  • Terapéutica naturológica (Naturología) está basada en estimular los mecanismos naturales de autorreparación de que dispone el organismo. No ignora los factores causales, pero independientemente de estos (que en ocasiones no son identificables) establece medidas destinadas a estimular y fortalecer el organismo desde todos los frentes posibles: vías de detoxificación, regulación de la homeostasis, refuerzo inmunológico, equilibrio del Sistema Nervioso, etc. Utiliza recursos que imiten a la naturaleza en su búsqueda del equilibrio. Parte de la máxima de que es el enfermo quien se cura a sí mismo y tiene las riendas de su salud, para tratar de buscar el cambio en su vida que le haga recuperar dicho equilibrio. El naturólogo tiene el deber de señalar el camino que ponga al paciente en armonía con la fisiología sana, con un entorno psicoemocional adecuado, debe informar y formar en hábitos de vida saludables que coloquen su organismo en la mejor disposición para la autocuración.
  • Terapéutica Etiológica. Implica el conocimiento preciso de la causa de la enfermedad y la actuación terapéutica sobre esta. Por ejemplo, las desparasitaciones en caso de parasitosis, la quelación en caso de intoxicación por metales pesados, administración de un nutriente en caso de deficiencia probada, etc. Una auténtica medicina etiológica que indague y profundice en la fisiología, bioquímica y metabolismo individual en busca “del origen de la sobrecarga eléctrica”, y que no se limite a “cambiar fusibles”, debe ser el gran reto de la medicina del futuro. En mi modesta opinión uno de los grandes pioneros en este tipo de medicina, realmente etiológica (que busca los factores causales y los trata) fue el Dr. Jean Seignalet, quien dedicó muchos años de investigación para formular una teoría plausible sobre el origen de muchas enfermedades. Además, su planteamiento fue coherente con lo que el sentido común y la misma ciencia señalan, que la mayoría de las enfermedades no se producen por un solo factor causal, sino que son el resultado de varios factores que confluyen en un momento dado de la vida del sujeto provocando finalmente la aparición de los síntomas asociados a la enfermedad. El Dr. Seignalet vio que con mucha frecuencia que el intestino, el estrés y los malos hábitos de alimentación preparaban el “caldo de cultivo” para la aparición de la enfermedad. Pero no veamos su planteamiento como demasiado simplista. Sus conocimientos sobre inmunología, por ejemplo, plasmados en su obra hacen que el biólogo celular, el inmunólogo y el médico experimentado tengan que releer varias veces algunos de sus capítulos, para llegar a comprender la profundidad de sus argumentos. Sobre patologías autoinmunes, trataré de explicar dichos argumentos de manera sencilla en el capítulo 3, apartado 3.
  • Terapéutica Psicosomática. Es aquel grupo de terapéuticas que consideran que la mayor parte de las enfermedades tienen un origen psicoemocional y que los desequilibrios orgánicos son siempre el resultado final de un desequilibrio emocional previo. Centra sus esfuerzos en buscar dicha causa subyacente a nivel psicoemocional y trata de “curar el espíritu herido” (pensamientos-sentimientos-emociones-psique).
    TERAPIA TIPOS PROS CONTRAS
    EMPÍRICA M. Ayurvédica, M.T.C., M. Árabe, M. Tradicionales Muchos siglos de experiencia

    Resultados comprobados

    Culturas y tradiciones muy diferentes a las nuestras. Diagnóstico no extrapolable al occidental.
    ESTADÍSTICA M. Ayurvédica, M.T.C., M. Árabe, M. Tradicionales (actual base de datos) La actual base de datos sobre su fiabilidad es muy amplia.

    Ver GERA (Centro de Documentación Internacional en la Investigación de la Acupuntura)

    Deben ser aplicadas por profesionales debidamente cualificados.

    Debe reconocer sus limitaciones en cuadros agudos.

    SINTOMÁTICA ALOPÁTICA Fundamental en los cuadros agudos. Diagnóstico por imagen. Cirugía… Iatrogenia

    Intereses económicos

    Visión reduccionista

    FISIOLÓGICA (Bioquímica) N.C.A. (Nutrición Celular Activa) N.M.O. (Nutrición y Medicina Ortomolecular) ALOPÁTICA Investiga en la bioquímica implicada (análisis de fluidos, heces…) y busca restablecer el equilibrio Puede ser aplicada con la misma visión reduccionista que la sintomática.

     

    NATUROLÓGICA NATUROLOGIA

    N.C.A. (Nutrición Celular Activa)  

    Busca el equilibrio a todos los niveles y fortalece el proceso de autocuración Error si no reconoce sus limitaciones en cuadros agudos
    ETIOLÓGICA Método SEIGNALET  N.C.A.    ALOPÁTICA (en algunas ocasiones) Se centra en buscar los factores causales Error si no reconoce sus limitaciones en cuadros agudos
    PSICOSOMÁTICA Biodecodificación

    Flores de Bach

    Psicoterapias Humanistas

    Etc

    Resulta esencial para tratar los factores causales psicoemocionales Error si lo atribuye todo a la psique y rechaza otros tratamientos

    Error si no reconoce sus limitaciones en cuadros agudos

    Y el acto de ayudar al doliente……

    Las siete terapéuticas comentadas son válidas, lo importante es aplicarlas en función de las necesidades reales del paciente: su cuadro clínico, su entorno sociocultural, su deseo, su confianza, su reconocimiento o no de la efectividad de ciertas terapias, su personalidad, etc. Cuando llevas varias décadas intentando ayudar al prójimo, de muy diferentes maneras, reconoces con cierta facilidad quien está en condiciones de aceptar cierto tipo de terapia y quien no sería un buen candidato para ella. En ocasiones he tenido que recomendar a alguien que me consulta que debe buscar opciones en otro tipo de medicina. Estos son algunos casos: alguien que llama con urgencia ante un cuadro clínico agudo buscando una solución “natural” a un problema urgente; alguien que tras unos minutos de conversación es obvio que busca, como suelo decir, “cambiar pastilla roja por pastilla verde”, sin estar dispuesto a realizar un auténtico cambio en el modo de vida que le llevó a su estado; alguien cuyo factor etiológico es claramente psicoemocional y, aunque yo pueda ayudarle a mejorar su metabolismo y sus funciones orgánicas, necesita un psicoterapeuta cualificado; incluso, alguien que es “empujado” a consulta por un familiar que le ha ido bien conmigo, pero que realmente no confía en las terapias naturales. Todos estos casos, y otros, muestran claramente que es necesario hacer una verdadera Medicina Integrativa que se adapte a la realidad individual, siempre sujeta a muchas variables, no solo físicas.

    Por otro lado, existe una máxima que he intentado inculcar en mis alumnos-profesionales desde hace veinte años: “La modestia es el camino del éxito”. Con otras palabras, uno debe reconocer sus limitaciones y, te aseguro estimado lector, que todos las tenemos. El Dr. House es una creación cinematográfica de una serie de gran éxito genialmente interpretada, pero no creo que exista en el planeta nadie con semejante índice de efectividad en el diagnóstico. La modestia ya no es cuestión, solo, de las limitaciones de uno mismo, sino también de aceptar las limitaciones de la terapia que uno aplica. Pero ¡ojo! que esa modestia también debería de acompañar a los galenos convencionales que muchas veces, amparados en el “escudo institucional”, sientan cátedra despreciando todo aquello que no sean los protocolos oficiales.

    La modestia es, también, extremadamente importante para uno mismo como terapeuta, ya que a nuestras consultas llegan muchas veces pacientes desesperados que buscan que solucionemos estados patológicos de muy difícil curación. Pienso en pacientes desahuciados por la medicina convencional o con un pronóstico lapidario. Cuando llevas años en esto y has logrado buenos resultados, en ocasiones sorprendentes, con casos de este tipo, puedes cometer el error de creerte “tocado por la divinidad” y levantar los pies del suelo. Desgraciadamente este es el “principio del fin” de cualquier profesional que se precie (independientemente de la medicina que practique). La modestia es lo que te hace investigar y no dar por sentado, la modestia es lo que hace que no des falsas esperanzas cuando no debes, la modestia hace que te apoyes en los trabajos previos de “maestros” en ese campo, la modestia es la que te hace acompañar al “doliente”, si es posible, hasta el final. Los pacientes no son números y la primera medicina es la palabra, la empatía, la consideración, la atención ante la duda o la pregunta, la disponibilidad para estar ahí cuando te necesiten (teléfono, email…) e incluso aceptar “su marcha” estando cerca de él o ella. Es indudable que este tipo de medicina no se puede “aplicar” en diez minutos de consulta y “hasta la próxima”.

    Continuará…