La dieta keto se ha hecho popular porque resulta eficaz para adelgazar, sobre todo cuando la persona está estancada en la pérdida de peso. Muchos nutricionistas son partidarios de recurrir a ella de forma puntual para darle un «empujón» a la dieta y luego continuar con un patrón más equilibrado (la dieta keto reduce mucho los hidratos, incluida la fruta y la verdura, y aumenta las grasas y las proteínas).
Pero en realidad la dieta keto se diseñó con fines terapéuticos. Con esta alimentación se generan compuestos cetónicos que han demostrado ser eficaces para reducir los síntomas de la epilepsia y de algunas enfermedades metabólicas raras. Se ha estudiado también el potencial terapéutico de la dieta cetogénica en el tratamiento de la diabetes, el síndrome del ovario poliquístico o enfermedades neurológicas.
Ahora, un reciente estudio realizado en ratones y publicado en Cell Metabolism ha demostrado que la dieta cetogénica, la misma que engaña al cuerpo para que queme su propia grasa, también podría ayudar a combatir el cáncer al privar al tumor de la glucosa que necesita para crecer.
QUÉ ES LA DIETA KETO
Las dietas cetogénicas consisten básicamente en una ingesta muy baja de hidratos de carbono, una ingesta alta de grasas y una ingesta moderada de proteínas.
Al reducir la ingesta de hidratos de carbono, desaparece el combustible principal de las células que es la glucosa. Entonces, el metabolismo se ve obligado a cambiar la ruta para aportar energía a las células, y utiliza las grasas. El hígado recurre a los ácidos grasos del tejido adiposo para generar cuerpos cetónicos, que vienen a ser los residuos de la grasa y sirven de energía alternativa a la glucosa para las células.
Es una ruta metabólica costosa y lenta. Pero lo importante es que necesita grandes cantidades de grasa para poder obtener la misma energía que obtendría de los hidratos o los glúcidos. Por eso ayuda a perder peso.
CÓMO ACTÚA FRENTE AL CÁNCER
Los mismos procesos orgánicos que activa la dieta keto podrían ser útiles para ralentizar el crecimiento del tumor, según ha demostrado el estudio.
Los tumores necesitan grandes cantidades de glucosa para crecer, por lo que, al privarlos de azúcar con la dieta cetogénica, se ralentizaría su crecimiento.
Además, el tumor tendría que alimentarse de cuerpos cetónicos, lo que eliminaría las células cancerosas mediante un proceso llamado ferroptosis, contribuyendo también a ralentizar el crecimiento tumoral.
EFECTO SECUNDARIO DE LA DIETA KETO EN EL CÁNCER
Estudios realizados previamente han demostrado que, si bien la dieta keto le quita «gasolina» al tumor al privarlo de glucosa, tiene un efecto secundario indeseado en pacientes con cáncer que puede provocar la muerte: la caquexia.
Se trata de una enfermedad que provoca pérdida de apetito, fatiga, gran pérdida de peso y supresión inmunológica. No tiene cura y provoca la muerte en muchos pacientes con cáncer avanzado ya que se debilitan tanto que no pueden soportar el tratamiento.
Pero esto podría tener solución. Los autores del estudio publicado en Cell Metabolism han descubierto que si se combinaba la dieta keto con corticosteroides, unos fármacos muy comunes, se prevenía la caquexia en ratones con cáncer. La dieta keto hace que no se produzca suficiente hormona corticosterona, lo que provocaba que los ratones enfermos no dejaran de perder peso, pero si se administraban corticosteroides se frenaba la caquexia provocada por la dieta cetogénica y también se ralentizaba el tumor.
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