Los tocotrienoles (T3), un subtipo de vitaminas E, pueden ser una sustancia muy eficaz para combatir la obesidad y sus enfermedades secundarias, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por expertos del Instituto de Tecnología de Shibaura (Japón) y que ha sido publicado en la revista ‘Molecules’.
Si bien se ha demostrado que los T3 suprimen el aumento de peso corporal en ratones alimentados con una dieta alta en grasas (HFD), no sabemos mucho sobre los mecanismos subyacentes o cómo lo hacen. Para arrojar algo de luz sobre este tema, el equipo realizó varios experimentos en ratones tratados con HFD, HFD más T3 o una dieta de control con o sin T3 (Ctrl+T3 o Ctrl, respectivamente).
Los ratones aumentaron mucho de peso
Como era de esperar, ser alimentado con un HFD durante más de 13 semanas hizo que los ratones aumentaran mucho de peso en comparación con el grupo de control. Por el contrario, los ratones tratados con HFD y T3 tenían un peso corporal significativamente menor.
Además, los investigadores encontraron que los T3 redujeron la acumulación de tejido adiposo blanco alrededor de los riñones y protegieron al hígado contra el daño causado por la HFD. Del mismo modo, los T3 ayudaron a reducir los niveles de lipoproteína de baja densidad o ‘colesterol malo’ en la sangre sin afectar los niveles de lipoproteína de alta densidad o ‘colesterol bueno’.
«En general, nuestros resultados sugieren que una mayor ingesta de tocotrienoles de los alimentos diarios puede ser eficaz para prevenir la obesidad«, han detallado los investigadores. Estudios anteriores informaron que la obesidad podría causar disfunción cognitiva, por lo que también realizaron varios experimentos para verificar si las T3 podrían ayudar a prevenir la oxidación cerebral y reducir los cambios cognitivos y de comportamiento causados por un HFD.
En general, no encontraron diferencias importantes en las pruebas de comportamiento entre los ratones tratados con HFD más T3 y los tratados con Ctrl más T3. Asimismo, en una prueba de campo abierto, tampoco hubo diferencias significativas entre los ratones que fueron tratados con un HFD y los tratados con HFD más T3 (ambos grupos mostraron una actividad reducida).
Ansiedad y depresión
Sin embargo, los ratones tratados con un HFD solo parecían moverse mucho menos en el centro de una cámara de prueba de campo abierto, generalmente se considera que tal comportamiento está relacionado con la ansiedad o la depresión. En un intento por aclarar por qué un HFD tuvo este efecto, el equipo verificó los niveles de algunos biomarcadores que representan la oxidación cerebral y la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína que es crucial para el desarrollo de las neuronas y la función cognitiva.
No obstante, los expertos no encontraron diferencias notables entre los grupos de control y los HFD solos, lo que nos deja en la oscuridad acerca de por qué los HFD influyeron en el comportamiento de los ratones de la manera en que lo hicieron. Si bien algunos de los efectos de las T3 en el cuerpo siguen siendo un misterio, este estudio seguramente arrojará luz sobre el camino hacia los medicamentos para ayudar a combatir la obesidad.
«Esperamos que nuestra investigación estimule más estudios sobre sustancias contra la obesidad como los tocotrienoles y compuestos similares. Nuestro objetivo final es reducir la cantidad de personas que padecen enfermedades relacionadas con la obesidad», han zanjado.
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