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El cannabidiol puede ser eficaz para reducir a la mitad la gravedad de los síntomas y el deterioro causado por la ansiedad crónica, según ha demostrado un estudio piloto realizado por Orygen, el centro de excelencia australiano en salud mental juvenil, según publican en el ‘Journal of Clinical Psychiatry’.

El Estudio Piloto sobre la Ansiedad Juvenil con Cannabidiol descubrió que los jóvenes con ansiedad resistente al tratamiento experimentaron una reducción media del 42,6% en la gravedad y el deterioro de la ansiedad tras 12 semanas de tratamiento con cannabidiol, un componente no tóxico de la planta de Cannabis sativa que suele denominarse CBD.

El profesor Paul Amminger, de Orygen, que dirigió el estudio, asegura que se trata de un nivel de mejora notable. «Los jóvenes tenían menos ataques de pánico y podían hacer cosas que antes no podían hacer, como salir de casa, ir a la escuela, participar en situaciones sociales, comer en restaurantes, tomar el transporte público o acudir a citas por sí mismos, señala.  Es un cambio asombroso en el grupo que ha padecido ansiedad grave o muy grave resistente al tratamiento durante mucho tiempo».

La reducción de los síntomas se observó en dos escalas diferentes: una escala calificada por el médico (la Hamilton Anxiety Rating, 50,7%) y una escala autocalificada (la Overall Anxiety Severity and Impairment Scale, 42,6%), en la que los participantes rellenaron un cuestionario sobre síntomas como ataques de pánico, ansiedades situacionales, preocupaciones y flashbacks.

El co-investigador del estudio y director ejecutivo de Orygen, el profesor Patrick McGorry, asegura que los resultados son prometedores para un número significativo de jóvenes, ya que los datos de la Oficina Australiana de Estadísticas publicados el 22 de julio mostraban que la ansiedad es la forma más común de enfermedad mental en los jóvenes, afectando a casi un tercio (31,5%) de los que tenían entre 16 y 24 años, casi el doble de la tasa de la población general.

«Vemos que cada vez hay más jóvenes que padecen ansiedad: es la forma de mala salud mental que crece más rápidamente entre los jóvenes y necesitamos urgentemente innovaciones en el tratamiento. El cannabidiol es una opción de tratamiento prometedora que parece segura y eficaz. Necesitamos más investigaciones para confirmarlo y explorar su valor», añade el profesor McGorry.

En el estudio piloto participaron 31 personas de entre 12 y 25 años, reclutadas en los servicios de atención primaria de Orygen. Los participantes tenían un trastorno de ansiedad diagnosticado y no habían mostrado una mejora significativa de la gravedad de la ansiedad tras al menos cinco sesiones de terapia cognitivo-conductual (TCC).

«El problema de los tratamientos actuales de primera línea para la ansiedad -la TCC y los fármacos antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)- es que sólo funcionan en aproximadamente la mitad de las personas que los prueban –precisa Amminger–. Los trastornos de ansiedad son muy comunes, así que eso deja a un gran número de jóvenes sin tratar, luchando con los síntomas y desarrollando condiciones secundarias, por ejemplo, depresión y trastornos por uso de sustancias».

En Australia, el cannabidiol ha sido aprobado por la Administración de Productos Terapéuticos como tratamiento para niños con formas raras de epilepsia (síndrome de Dravet y síndrome de Lennox Gastaut), y para ensayos clínicos como tratamiento para niños con síndrome de Tourette, síndrome X frágil, trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual.

«Es importante destacar que el cannabidiol no induce ningún efecto secundario significativo ni provoca la aparición de ninguna manifestación neurológica o psiquiátrica», puntualiza el profesor Amminger.

«El cannabidiol no es tóxico y no contiene tetrahidrocannabinol (THC), por lo que no provoca alteraciones en el pensamiento y la percepción, no produce ‘colocones’ y no es adictivo –prosigue–. De hecho, el cannabidiol se ha utilizado para tratar comportamientos adictivos en otros ensayos de investigación y puede reducir algunos de los efectos adversos e intoxicantes del THC».

La dosis inicial de los participantes en el estudio piloto fue de una cápsula de 200 mg de cannabidiol al día, que se aumentó a 400 mg al cabo de una semana. A los que no mostraron una mejora significativa de los síntomas de ansiedad se les aumentó la dosis en incrementos de 200 mg hasta llegar a 800 mg al día. A todos los participantes se les ofreció una TCC quincenal durante 12 semanas (cinco sesiones).

«Nuestro estudio piloto descubrió que el cannabidiol no sólo ayudaba a reducir los síntomas de la ansiedad, sino que también era muy bien tolerado: los efectos secundarios más comunes eran una ligera sedación y una leve fatiga, pero eso ocurría en el momento en que se aumentaban las dosis y solía desaparecer al cabo de un par de días –explica el profesor Amminger–. No observamos efectos secundarios como pensamientos suicidas, irritabilidad o problemas de sueño, que no son infrecuentes en las personas que toman ISRS».

Los investigadores subrayan que, aunque los resultados son prometedores, es necesario seguir investigando. «Un estudio piloto abierto está limitado por su diseño. Ver un efecto del tratamiento en el grupo resistente al tratamiento es alentador, pero aún podría ser un efecto placebo –reconoce Amminger–. El siguiente paso es un ensayo controlado aleatorio, que es el estándar de oro para probar una nueva intervención. Este ensayo debe realizarse en un grupo mucho más amplio de entre 200 y 250 jóvenes para poder afirmar con cierta certeza que existen o no beneficios y efectos reales del tratamiento».

 

https://www.consalud.es/pacientes/tomar-cannabidol-ayuda-reducir-efectos-ansiedad-jovenes_118777_102.html