A simple vista podrían confudirse con los milagrosos arándanos por su aspecto redondeado y su color púrpura brillante, pero las bayas de aronia tienen personalidad propia y valores nutricionales determinantes para tratar enfermedades degenerativas y proteger nuestro sistema inmune. Poco conocidas en España, estos frutos rojos son los reyes de los antioxidantes por su altísimo contenido en polifenoles y flavonoides, siendo los aliados perfectos contra el envejecimiento de las células e impidiendo su oxidación. Ya solo por eso deberíamos incorporarlas cuanto antes a nuestra dieta.
La mayoría de los estudios nutricionales sobre este superalimento casi desconocido son muy recientes. En los últimos años se han constatado su incidencia positiva en las personas que padecen enfermedades cardiovasculares e incluso se demostró su efectividad en pacientes que habían sufrido un ataque al corazón, disminuyendo los efectos inflamatorios y reduciendo la presión arterial. También despunta como un protector natural del hígado, aporta equilibrio intestinal gracias a su pectina —una fibra soluble con efecto prebiótico—, y es beneficioso para la vista al proteger los capilares de la retina evitando su oxidación por radiación solar.
Numerosas investigaciones destacan la importancia de las bayas de aronia para ayudar a la inmunidad del organismo, especialmente en pacientes con Esclerosis Múltiple, así como para normalizar el metabolismo y prevenir las infecciones de orina. Sus principios activos antibacterianos, concretamente el ácido quínico, inhibe el crecimiento de la Cándiaa en la vejiga y contribuye a tratar alteraciones como cistitis o infecciones vaginales.
No obstante, a pesar de sus múltiples beneficios, conviene evitarlas durante el embarazo al no estar demostrado por el momento su inocuidad en mujeres gestantes. También las personas con enfermedades autoinmunes tendrán que consultarlo antes con su especialista porque, aunque la aronia ha demostrado utilidad en el tratamiento de enfermedades como la Esclerosis, el aumento de la inmunidad podría ser negativo sobre los pacientes.
Valor nutricional de las bayas de aronia
El valor nutricional por 100 gramos de bayas de aronia es el siguiente:
Calorías: 47 kcal
Grasas totales: 0,5 g
Colesterol: 0 g
Hidratos de carbono: 9,6 g
Fibras: 5,3 g
Proteínas: 1,4 g
Vitamina C: 21 mg
Potasio: 162 mg
Magnesio: 20 mg
Calcio: 30 mg
Ácido Fólico: 25 mcg
Superpoderes antioxidantes
La Aronia es un género de plantas que pertenece a la familia de las rosáceas y de la que se distinguen tres especies de arbustos, pero las bayas que consumimos en alimentación son frutos de la variedad Aronia Melanocarpa que pueden ser de tres tonalidades distintas: desde un rojo más claro al púrpura oscuro. Se cultivan en zonas muy frías de América del Norte, Rusia y el Europa del Este, así que en España no hace mucho que hemos empezado a conocerlas.
Sin embargo, deberíamos incluirlas cuanto antes en nuestra dieta porque están en el podio mundial de los alimentos más antioxidantes. El desarrollo de enfermedades crónicas y degenerativas como pueden ser el cáncer, el Alzheimer o el Párkinson podrían tener un origen común relacionado, en parte, por el estrés oxidativo. Las especies reactivas al oxígeno, los radicales libres, pueden dañar a proteínas, grasas y material genético.
Un sinfín de frutas y verduras tienen un alto contenido en antioxidantes y es posible cuantificarlo gracias al llamado valor ORAC, la capacidad de absorción de radicales libres, como explica el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria en su detallado estudio sobre nutrición. Aunque la relación exacta entre esta escala de valores y el beneficio para la salud de los mismos, se cree que los que tienen un valor mayor son más eficaces en su poder antioxidante. Pues bien, según la mencionada tabla de alimentos, las bayas de aronia superan con creces a los arándanos, moras, cerezas, fresas y otros frutos rojos.
Cómo tomar las bayas de aronia
Al igual que ocurre con otros frutos rojos, las bayas de aronia se pueden consumir frescas aunque lo cierto es que en España son muy difíciles de encontrar en esa versión. La forma de comercialización más extendida fuera de sus lugares de producción es deshidratada, que podemos adquirir desde los 18 euros por kilo. Su sabor es amargo y además resulta astringente, con lo que siempre será más placentero y saludable consumirlas cocinadas y junto a otros alimentos. Si optamos por hacerlas al vapor conservaremos un mayor número de antioxidantes.
La mermelada es una buena opción por su alto contenido en pectina y en tan solo 5 minutos podemos hacerla en el microondas combinándolas con otras frutas; sin embargo, se comercializa mayoritariamente en zumos, mezclada con otras bayas como las de açaí, los arándanos o la frambuesa. Si quieres hacerlo en casa y darle un toque de alegría, te proponemos esta receta de sangría de frutos rojos que te hará triunfar este verano.
Además, la aronia se puede mezclar con los cereales, yogures y helados, consumiéndose también en barritas energéticas —con esta receta puedes hacerlas tú mismo en poco tiempo—, en infusión y en su formato de polvo o cápsulas. Asimismo, hay zonas en las que elaboran vino, vinagre y otras bebidas destiladas con ellas.
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