Su práctica se asoció a una progresión más lenta de la enfermedad y a menores dosis de los fármacos necesarios a lo largo del tiempo, muestran los hallazgos. El Tai Chi, el arte marcial chino que implica secuencias de movimientos controlados muy lentos, puede frenar los síntomas y complicaciones de la enfermedad de Parkinson durante varios años, revela una investigación, publicada en línea en el ‘Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry’.
Su práctica se asoció a una progresión más lenta de la enfermedad y a menores dosis de los fármacos necesarios a lo largo del tiempo, muestran los hallazgos. La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo debilitante y progresivo, caracterizado por lentitud de movimientos, temblor en reposo y músculos rígidos e inflexibles.
Es la afección neurológica de más rápido crecimiento en el mundo, y se prevé que el número de afectados alcance casi los 5 millones en 2030 sólo en China. Todavía no existe cura y aunque los fármacos pueden mejorar los síntomas clínicos, no tratan todas las manifestaciones de la enfermedad. Y tampoco hay pruebas de que ralenticen la progresión, explican los investigadores.
Investigaciones publicadas anteriormente sugieren que el Tai Chi alivia los síntomas del Parkinson a corto plazo, pero se desconoce si esta mejora puede mantenerse a largo plazo. Para averiguarlo, los científicos realizaron un seguimiento de dos grupos de pacientes con enfermedad de Parkinson durante más de 5 años, desde enero de 2016 hasta junio de 2021.
Un grupo de 147 pacientes practicó Tai Chi dos veces por semana durante una hora, ayudados por la impartición de clases para mejorar su técnica. El otro grupo de 187 pacientes continuó con su tratamiento estándar, pero no practicó Tai Chi.
La gravedad de la enfermedad se evaluó formalmente en todos los participantes al inicio del periodo de seguimiento, y la progresión de la enfermedad, incluido el aumento de la necesidad de medicación, se controló posteriormente en noviembre de 2019, octubre de 2020 y junio de 2021.
También se realizó un seguimiento de la extensión del movimiento y otros síntomas, como la función del sistema nervioso autónomo (para incluir movimientos intestinales, problemas urinarios y cardiovasculares); estado de ánimo, calidad del sueño y cognición; y la prevalencia de complicaciones, como discinesia (movimiento involuntario); distonía (tono muscular anormal); disminución de la capacidad de respuesta al tratamiento farmacológico a lo largo del tiempo; deterioro cognitivo leve; alucinaciones; síndrome de piernas inquietas, utilizando escalas validadas.
La gravedad de la enfermedad, el uso de medicación, el sexo, la edad y el nivel educativo fueron similares en ambos grupos. La progresión de la enfermedad fue más lenta en todos los puntos de seguimiento en el grupo de Tai Chi, según lo evaluado por tres escalas validadas para evaluar los síntomas generales, el movimiento y el equilibrio. El número de pacientes que necesitaron aumentar su medicación en el grupo de comparación también fue significativamente mayor que en el grupo de Tai Chi: 83,5% en 2019 y algo más del 96% en 2020 frente a 71% y 87,5%, respectivamente.
La función cognitiva se deterioró más lentamente en el grupo de Tai Chi, al igual que otros síntomas no relacionados con el movimiento, mientras que el sueño y la calidad de vida mejoraron continuamente. Y la prevalencia de complicaciones fue significativamente menor en el grupo de Tai Chi que en el grupo de comparación: discinesia 1,4% frente a 7,5%; distonía 0% frente a 1,6%; alucinaciones 0% frente a algo más de 2%; deterioro cognitivo leve 3% frente a 10%; síndrome de piernas inquietas 7% frente a 15,5%.
Las caídas, los mareos y el dolor de espalda fueron los tres efectos secundarios notificados por los participantes en el estudio, pero todos ellos fueron significativamente menores en el grupo de Tai Chi. Aunque 23 personas sufrieron una fractura, todas ellas se produjeron durante la rutina diaria y fueron menos en el grupo de Tai Chi: 6 frente a 17. Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer causa y efecto.
Además, los investigadores reconocen que el número de participantes en el estudio fue relativamente pequeño y que no fueron asignados aleatoriamente a su grupo. Pero concluyen que el estudio ha demostrado que «el Tai Chi retiene el efecto beneficioso a largo plazo sobre la enfermedad de Parkinson, indicando los potenciales efectos modificadores de la enfermedad tanto en los síntomas motores como en los no motores, especialmente la marcha, el equilibrio, los síntomas autonómicos y la cognición».
Añaden que «el Parkinson puede empeorar la función motora y los síntomas no motores progresivamente con el tiempo, provocando discapacidad e influyendo en la calidad de vida. El efecto beneficioso a largo plazo sobre la enfermedad podría prolongar el tiempo sin discapacidad, dando lugar a una mayor calidad de vida, una menor carga para los cuidadores y un menor uso de fármacos».
https://elpueblodeceuta.es/art/87023/el-tai-chi-puede-frenar-los-sintomas-del-parkinson-durante-varios-anos
Muy interesante Felipe. Pienso que los beneficios puede que no se asocien al Tai chi directamente sino al ejercicio en general y que pueda ser igual de beneficioso practicar estiramientos o ejercicios de movilidad o incluso fuerza, siempre adaptados al paciente.
Claro! gracias por tu aporte… feliz día