Expertos analizan cómo el estar expuesto a la contaminación lumínica nocturna incrementa el riesgo de Alzheimer
Estados Unidos.-La contaminación lumínica, fenómeno prevalente en metrópolis, es conocida por sus efectos adversos sobre el medio ambiente y la biodiversidad, pero recientemente se ha revelado que puede aumentar el riesgo de padecer Alzheimer.
Recientes investigaciones, sin embargo, indican que sus repercusiones se extienden a la salud humana.
En Estados Unidos, se han promulgado leyes para mitigar la contaminación lumínica, pero los niveles de luz nocturna siguen siendo altos en diversas áreas, suscitando inquietudes sobre sus efectos en la salud.
Un estudio reciente descubrió una posible vinculación entre la exposición excesiva a la luz nocturna y un incremento en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio, liderado por la doctora Robin Voigt-Zuwala del Rush University Medical Center, sugiere que la luz nocturna podría ser un factor de riesgo para el Alzheimer.
Los hallazgos del estudio muestran una relación positiva entre la prevalencia de la enfermedad y la exposición a la luz nocturna, especialmente en individuos menores de 65 años.
Los investigadores combinaron mapas de contaminación lumínica con datos médicos sobre condiciones como Alzheimer, hipertensión, diabetes y accidentes cerebrovasculares.
Al clasificar los estados por la intensidad de luz nocturna, observaron patrones claros en la correlación entre la prevalencia del Alzheimer y los niveles de luz.
Los datos revelaron que, en personas mayores de 65 años, la prevalencia de Alzheimer está más relacionada con la contaminación lumínica que con otros factores como obesidad, depresión o abuso de alcohol.
Sin embargo, en menores de 65 años, la relación es significativa y supera la influencia de otros riesgos.
No se ha determinado por qué los jóvenes podrían ser más susceptibles a la luz, pero se especula que variaciones genéticas podrían influir en la aparición temprana de la enfermedad.
Además, los jóvenes tienden a vivir en zonas urbanas con mayor exposición a la luz nocturna, elevando su riesgo.
Ante estos descubrimientos, los investigadores recomiendan tomar medidas para reducir la exposición a la luz nocturna.
Voigt-Zuwala aconseja el uso de cortinas opacas o antifaces para dormir en áreas con alta contaminación lumínica.
Aunque el estudio no evaluó el impacto de la luz interior, se menciona que la luz azul podría afectar el sueño significativamente, por lo que el uso de filtros y luces cálidas en el hogar podría ser beneficioso.